Desde chiquita crecí en una casa LOW-TOX sin saber lo que significaba, dónde se comía orgánico y siempre muy sano. Recuerdo burlarme de mi mamá de adolescente cuando me leía los ingredientes “tóxicos” en un dulce o botana que me estaba comiendo. Honestamente en ese entonces escogía ignorarla la mitad de las veces sin realmente entender por qué eran malos esos productos.
Después, al enfrentarme con problemas de infertilidad, empecé a investigar y estudiar todo lo que se podía hacer desde un punto de vista natural para mejorar mi salud y mi fertilidad. En ese momento, empecé a entender y recordé la importancia de la nutrición, de escoger mejores materiales para cocinar y mejores productos de cuidado personal, pero sobre todo de crear buenos hábitos que pudieran quedarse conmigo y adaptarse a mi estilo de vida.

Así descubrí un universo complejo que me pareció fascinante y al estudiar a fondo el tema de las toxinas ambientales, leer e investigar más acerca de la salud desde el punto de vista holístico, empecé poco a poco a aplicar todo este nuevo conocimiento en mi vida.

Dentro de mi búsqueda y al decidirme preparar más en el tema, tomé un programa llamado Talking Toxins con Lara Atler, científica y experta en toxinas, varios cursos con otros especialistas del tema, obtuve un certificado por la formación de Bodhi Medicine con el Dr. Nirdosh Kohra. y actualmente me encuentro cursando en Food for Life Institute el programa de Comida Sana + Vida Sana. Y me la vivo buscando nuevos cursos, libros y artículos que puedan enriquecer mi sabiduría ya que me encanta estudiar y estar constantemente actualizando. 
   
Como siempre he sido muy perfeccionista, en un inicio decidí deshacerme de todo lo que pudiera afectar mi salud de forma radical. Así empecé tirando todos los productos de limpieza que contenían ingredientes dañinos y reemplazando toda mi rutina de cuidado personal de forma muy estricta, pero pronto llegué a un punto en donde me di cuenta que eliminar la carga tóxica completamente y al 100% de mi vida sería imposible. 

Tuve que buscar el equilibrio para no volverme loca y descubrí que cada cambio pequeño que ya había hecho si me había acercado a una mejor salud y ya estaba viendo los beneficios en mí. Así entendí que en la vida nada es blanco o negro y que la perfección me estaba también limitando y estresando demasiado.     

A partir de ese momento, me enfoqué en buscar formas fáciles y accesibles de integrar todo este nuevo conocimiento de una forma práctica y sin radicalidades para que se adaptara a mi día a día y sea algo sostenible a largo plazo. Quiero que esos buenos hábitos formen parte de mí pero también quiero que mi familia pueda integrarlas, porque al final del día también quiero darles todas las herramientas y oportunidades para que vivan su mejor salud y versión en un futuro.

Hoy entiendo que las toxinas que ingerimos y respiramos en el ambiente (productos de belleza, limpieza, muebles, pinturas, etc.) y en la comida (carga de pesticidas, hormonas y antibióticos) y hasta los utensilios de cocina que usamos (plásticos y antiadherentes) afectan nuestra salud, pero que hay formas fáciles de reducir nuestra exposición a todo esto y de cambiar lo que sí está dentro de nuestro control para podernos relajar el resto del tiempo confiando que ya estamos viviendo mucho mejor y eso es suficiente.

Hoy mi misión es compartir todo lo que yo he aprendido y estudiado y sobre todo el cómo lo he aplicado en mi vida para que tú también logres tu mejor salud a través de crear consciencia y poder implementar cambios que tengan un impacto positivo en tu salud y en la de tu familia. Se trata de mantener las cosas simples y de transformar nuestras vidas en el proceso.